El coronavirus y la vulnerabilidad de la humanidad sin Dios

Los cristianos sabemos que los rasgos fruto del espíritu santo deben ser evidentes en las vidas de las personas que siguen a Jesús.

¿Pero se han detenido a considerar cuándo este fruto brilla más? Se hacen más evidentes en nuestros momentos más oscuros. Cuando las cosas van bien, no es muy difícil para todos verse generalmente alegres o pacientes. Pero cuando las cosas se ponen difíciles, la verdad queda expuesta, y es precisamente entonces cuando el fruto del Espíritu se hace más evidente y más necesario. Por eso no resulta descabellado decir que el coronavirus muestra la vulnerabilidad de la humanidad sin Dios.

La vulnerabilidad de la humanidad sin Dios

Cuando el brote de coronavirus comenzó a desarrollarse a principios de 2020, la dirección que tomaría el virus no estaba del todo clara. ¿Se esfumaría? ¿Se mantendría contenido? ¿O se extendería a medida que infectara a más personas?

A medida que la gente observaba a los otros países tomar medidas sin precedentes para reducir el número de infecciones, la preocupación comenzó a aumentar. Para cuando logró expandirse en todos los continentes y se tuvieron las primeras muertes reportadas en cada país, la gente estaba en alerta máxima. La vulnerabilidad de la humanidad sin Dios quedó expuesta.

Reflexión

A medida que la gente se dio cuenta de que las cuarentenas podrían ser necesarias, empezamos a ver el pánico comprando y almacenando suministros de limpieza y productos de higiene personal.

Sin embargo, fue luego de que quedó en evidencia que el materialismo no es suficiente que muchos cristianos reflexionaron sobre la vulnerabilidad de la humanidad sin Dios. Lo cual puede verse hoy en día expuesto en las cadenas de oración mundiales para el cese de la pandemia.