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Oct

22

Dos alimentos que no pueden faltar en tu dieta: sandía y remolacha


Sandía:

La sandía es rica en licopeno, que es un conocido carotenoide y que posee extraordinarias capacidades antioxidantes. Esta sustancia, además, está asociada a la prevención del cáncer de próstata, cáncer de colon y ataques al corazón.

Como es una fruta compuesta en su mayor parte por agua, evita la deshidratación y reduce la presión del calor en el cuerpo, además de aliviar la fatiga. También es rica en vitaminas del complejo B (responsables de proporcionarle energía al organismo), son bajas en sodio, no poseen grasas y son bajas en calorías.

Este es un alimento muy completo, que te hará sentirte lleno y te ayudará a evitar comer dulces que posean un alto contenido calórico.

Otros beneficios;

–          Mejorará tu condición cardíaca, gracias al licopeno que es abundante en las sandías. Tu corazón estará más fuerte y sano.

–          Las sandías propician el correcto funcionamiento de la insulina en tu cuerpo, así como la reducción de azúcar en la sangre. Es por ello que muchos médicos la recomiendan para los pacientes diabéticos.

–          Evitará que sufras de estreñimiento, debido a la abundante cantidad de fibra que posee.

–          Es rica en ácido fólico, especialmente recomendada para las mujeres embarazadas. El consumo frecuente de sandía ayudará a que tu bebé esté sano y fuerte.

Remolacha:

La remolacha es un alimento completo que ofrece cantidades importantes de vitaminas del grupo A, B y C, además de poseer minerales como fósforo, hierro y magnesio.

Dicha hortaliza, además, aporta fibras que controlan el nivel de azúcar en la sangre y el colesterol, además de regular la función intestinal.

Además:

–          Es un alimento de fácil asimilación.

–          Recupera la piel y previene el envejecimiento cutáneo.

–          Es un defensor natural para prevenir la anemia, así como defectos del sistema nervioso y patologías cardíacas.

–          Posee propiedades depurativas de gran valor.

–          Estima las funciones hepática, intestinal y renal.

–          Aporta energía rápida al organismo.

–          Estimula el sistema linfático y colabora con la función depurativa que realiza el sistema inmunológico.